¿Cómo saber si es el momento de aplicar la eutanasia a tu perro o gato?
Todos los que amamos a nuestras mascotas, que a lo largo de los años ha sido nuestra gran amiga, nos preguntamos ¿Cuándo es el momento en el que debemos sacrificar a nuestro perro o gato enfermo?
En otras palabras, ante que situación es preferible la eutanasia a la vida y como podemos afrontar esa decisión luchando entre nuestros sentimientos y nuestra razón para terminar haciendo lo correcto.
Podríamos decir que el momento es cuando los síntomas de la enfermedad que padece tu perro o gato ya te permite ver que no tiene ni tendrá una vida digna, talvez es en ese momento que debes plantearte si es tu deber evitar que siga sufriendo. Controlar ese normal egoísmo que provoca el amor y pensar como evitar que sufra.
Uno recibe muchas señales de ese sufrimiento, desde miradas perdidas, cansancios eternos, perdida de alegría, fuertes dolores, tratamientos agotadores, perdida de funciones o del control de su cuerpo, hasta las palabras de su médico veterinario que te recomienda adormecerlo/a con una inyección letal.
Tu perro o gato a diferencia de nosotros, que sabemos que vamos a morir desde el momento que nacemos, perciben su partida con naturalidad, se van apagando de a poco, su cuerpo deja de responder como lo hacia, sin grandes cambios a nivel emocional, buscan sus rincones para estar tranquilos o el confort de tu compañía y pasar así esos últimos tiempos.
Todas estas evaluaciones te llevan a tomar esa decisión, la cual a veces se toma solo/a o en familia, y luego comienza una etapa nada sencilla porque ninguno de nosotros quiere que sufra en esa instancia final.
Lo primero que tenés que hacer con tu mascota, una vez tomada la decisión, es darle alegría, no transmitirle tristeza. Llenarla de amor y ternura, como ella seguramente te la dio a vos en muchos momentos. Tenés que regalarle la mejor de las despedidas y después , ya tendrás tiempo para estar triste cuando ella haya partido.
Lo segundo es dar con el profesional adecuado ya sea porque la ha atendido durante su vida o durante su enfermedad y sino encontrar a ese profesional que sabrá evitarle cualquier sufrimiento en su partida. Estos profesionales veterinarios especializados en eutanasia suelen tener un procedimiento de dos o tres pasos en donde primero realizan una sedación profunda, luego en algunos casos una anestesia total y por último la eutanasia, garantizándote que tu mascota no sufrirá en ningún momento.
Lo tercero es decidir DONDE y en este tema muchos especialistas caninos consideran que tiene que ser en su domicilio, en su sitio habitual, acompañado de sus seres queridos. Muchos profesionales dicen que trasladarlos a una clínica, a un lugar extraño los estresa mucho y más aún si tienen que estar en contacto con otros perros y gatos, no estando en el uso pleno de sus facultades.
La cuarta y última decisión tiene que ver sobre como disponer de sus restos. Si uno cuenta con jardín puede elegir una sección para que descansen sus restos y si no contas con esa opción, como la mayoría de los que viven en departamento, podes optar por la cremación de tu perro o gato en donde existen varias opciones de servicio. Una en donde no devuelven las cenizas pero te entregan un certificado de cremación, otro servicio en donde te entregan sus cenizas perfectamente acondicionadas para que vos dispongas de ellas y un tercero en donde podés estar presente durante su cremación.
Después queda simplemente exteriorizar todos los sentimientos solo/a o en familia. Sacar esa tristeza o llanto o todo aquello que estuviste guardando en los últimos días y desahogarse.
En otras palabras, ante que situación es preferible la eutanasia a la vida y como podemos afrontar esa decisión luchando entre nuestros sentimientos y nuestra razón para terminar haciendo lo correcto.
Podríamos decir que el momento es cuando los síntomas de la enfermedad que padece tu perro o gato ya te permite ver que no tiene ni tendrá una vida digna, talvez es en ese momento que debes plantearte si es tu deber evitar que siga sufriendo. Controlar ese normal egoísmo que provoca el amor y pensar como evitar que sufra.
Uno recibe muchas señales de ese sufrimiento, desde miradas perdidas, cansancios eternos, perdida de alegría, fuertes dolores, tratamientos agotadores, perdida de funciones o del control de su cuerpo, hasta las palabras de su médico veterinario que te recomienda adormecerlo/a con una inyección letal.
Tu perro o gato a diferencia de nosotros, que sabemos que vamos a morir desde el momento que nacemos, perciben su partida con naturalidad, se van apagando de a poco, su cuerpo deja de responder como lo hacia, sin grandes cambios a nivel emocional, buscan sus rincones para estar tranquilos o el confort de tu compañía y pasar así esos últimos tiempos.
Todas estas evaluaciones te llevan a tomar esa decisión, la cual a veces se toma solo/a o en familia, y luego comienza una etapa nada sencilla porque ninguno de nosotros quiere que sufra en esa instancia final.
Lo primero que tenés que hacer con tu mascota, una vez tomada la decisión, es darle alegría, no transmitirle tristeza. Llenarla de amor y ternura, como ella seguramente te la dio a vos en muchos momentos. Tenés que regalarle la mejor de las despedidas y después , ya tendrás tiempo para estar triste cuando ella haya partido.
Lo segundo es dar con el profesional adecuado ya sea porque la ha atendido durante su vida o durante su enfermedad y sino encontrar a ese profesional que sabrá evitarle cualquier sufrimiento en su partida. Estos profesionales veterinarios especializados en eutanasia suelen tener un procedimiento de dos o tres pasos en donde primero realizan una sedación profunda, luego en algunos casos una anestesia total y por último la eutanasia, garantizándote que tu mascota no sufrirá en ningún momento.
Lo tercero es decidir DONDE y en este tema muchos especialistas caninos consideran que tiene que ser en su domicilio, en su sitio habitual, acompañado de sus seres queridos. Muchos profesionales dicen que trasladarlos a una clínica, a un lugar extraño los estresa mucho y más aún si tienen que estar en contacto con otros perros y gatos, no estando en el uso pleno de sus facultades.
La cuarta y última decisión tiene que ver sobre como disponer de sus restos. Si uno cuenta con jardín puede elegir una sección para que descansen sus restos y si no contas con esa opción, como la mayoría de los que viven en departamento, podes optar por la cremación de tu perro o gato en donde existen varias opciones de servicio. Una en donde no devuelven las cenizas pero te entregan un certificado de cremación, otro servicio en donde te entregan sus cenizas perfectamente acondicionadas para que vos dispongas de ellas y un tercero en donde podés estar presente durante su cremación.
Después queda simplemente exteriorizar todos los sentimientos solo/a o en familia. Sacar esa tristeza o llanto o todo aquello que estuviste guardando en los últimos días y desahogarse.